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Gestacion y lactancia

GESTACIÓN Y LACTANCIA

La alimentación adecuada en época reproductiva es indispensable, no sólo para la salud de los progenitores, sino de la descendencia. Antes de la crianza, tanto la hembra como el macho deben estar en el mejor estado físico posible, bien ejercitados y en su peso ideal, en especial la hembra. Si la hembra está demasiado delgada no tendrá suficientes reservas para abastecer los requerimientos nutricionales de sus cachorros ni, durante el embarazo, de los fetos.
Si la futura madre tiene un peso adecuado no es necesario aumentar la ingestión de alimentos durante las primeras cinco o seis semanas. En la perra embarazada los fetos son muy pequeños hasta el final de la novena semana. Menos del 30 % del crecimiento se produce antes de la sexta semana del embarazo. Como consecuencia de esto las necesidades de aumentar la alimentación de la madre durante estas seis primeras semanas son escasas. Las tres cuartas partes del peso y la mitad de la longitud se alcanzan entre los 40 y 45 días de la gestación. Es por eso que la nutrición adecuada en cantidad y, sobre todo, en calidad es vital para asegurar el desarrollo óptimo de los fetos. En este último período del embarazo se debe aumentar la cantidad de alimento entre un 25 y un 50 % de su ración normal. El peso máximo no debería aumentar más de un 25 %. Una perra de tamaño medio de entre 20 y 25 kilos de peso en su estado normal debería pesar entre 25 y 26 kilos aproximadamente como tope máximo al final del embarazo.
Como consecuencia del aumento de peso de los fetos se reduce el espacio abdominal disponible, por lo tanto facilitaría mucho la buena asimilación de los alimentos de la perra que se dividiera la ingesta normal de los alimentos entre más sesiones pequeñas.
La glándula mamaria se desarrolla en los últimos cinco días, lo mismo que la producción de leche. Factores bastantes fiables de que se acerca el momento del parto son una disminución del apetito que puede llegar incluso a la negativa total de comer en algunas perras como 12 horas antes del acontecimiento. Otro factor a tomar en cuenta es una ligera bajada de la temperatura en ese mismo último período.

La composición de la leche de perra es más baja en lactosa

que la de la vaca, por lo que no debe enplearse esta para sustituirla

por la intolerancia que puede provocar en los cachorros.

El sustituto debe tener la fórmula ideal, lo correcto es

emplear un buen preparado comercial.


Después del parto se produce un período de inapetencia durante las 24 horas siguientes. Inmediatamente al parto se debe proporcionar agua fresca a la perra en cantidad libre. Es una precaución aconsejable humedecer los alimentos con agua templada para aumentar su palatividad y sobre todo ayudar a la hidratación de la madre.
La ingesta del número apropiados de calorías es el concepto más importante durante la época de lactación; sin una comida suficiente en cantidad de energía, la producción de leche materna se vería afectada y en todo caso la madre sufriría una pérdida de peso radical. Los factores a considerar para calcular el impacto que la alimentación de los cachorros son: el estado nutricional de la madre y su peso en el momento del parto y el número de cachorros. Dependiendo de esto último la perra consumirá dos o tres veces más alimentos que en estado normal.
Se ha discutido sobre la necesidad de administrar hidratos de carbono en las hembras gestantes y lactantes. Durante estos períodos se produce un estrés considerable en el metabolismo y las necesidades de glucógeno en la perra aumentan para poder cubrir el desarrollo de los fetos. Así mismo durante la etapa de producción de leche es necesaria la producción extra de glucosa para la síntesis de la lactosa, disacárido propio de la leche.
Los datos de estos experimentos y los datos empíricos de los criadores de perros demuestran que las hembras gestantes tienen dos maneras de tener éxito con sus camadas. Si falta una buena fuente de hidratos de carbono mueren o nacen muertos seis de cada diez cachorros y la mortalidad de los supervivientes sigue siendo muy alta.
Así pues hay dos opciones para evitar esto:
1ª.- Aumentar las dosis de hidratos de carbono si la cantidad de proteínas de la dieta es la considerada normal, es decir, entre el 20 y el 28 %.
2ª.- Si la cantidad de hidratos en la dieta es baja, hay que aumentar la cantidad de proteínas hasta el 45-50 %.
En ambos casos se evitaba esa mortalidad mencionada.

Como norma general deberá comer:

· Durante la primera semana de lactación: de una a una y media veces más que la ración de mantenimiento.

· En la segunda: dos veces.

· Tercera y cuarta semana: entre dos y media y tres.

· Tras la cuarta semana, y como la cantidad de leche tomada por los cachorros disminuirá por la aportación de comida sólida, la cantidad de alimento que ingiere la perra debe disminuir.

· La toma de agua es un factor de suma importancia en esta etapa.

· A partir de la sexta o séptima semana el destete de los cachorros será total y se producirá por lo tanto la retirada de la madre. El día del destete debe dejarse a la perra en ayunas y en los días sucesivos se reducirá la cantidad de alimentos hasta alcanzar el nivel normal de mantenimiento, todo esto a condición de que la salud del animal lo permita.

· La perdida de peso durante la lactación no deberá superar el 10 % del peso de la perra.

· Normalmente no es necesario ningún tipo de suplementos durante el embarazo y lactación, no obstante, y para tranquilidad del criador, se puede administrar un buen complejo vitamínico-mineral. Todo lo anterior sólo es válido si la madre está consumiendo una dieta comercial de calidad y apropiada para su estado. La administración de calcio no es necesaria ni para la salud de la perra ni del desarrollo fetal sano.

ALIMENTACIÓN DE LOS CACHORROS

La madre produce durante las primeras horas un tipo especial de leche llamado calostro. Este calostro es de vital importancia para proporcionar inmunidad a los cachorros, es aportado por medio de inmunoglobulinas y otros factores que se absorben por medio de la mucosa intestinal. Una vez absorbido por el organismo protege de una serie de enfermedades infecciosas.
El calostro se componen en su mayoría de proteínas de gran tamaño que los cachorros absorben perfectamente intactas, esto no ocurriría si tuvieran más edad, pues la digestión de estos elementos sería completa quedando por lo tanto destruida su acción inmunizadora. El período de tiempo en que los recién nacidos pueden absorber intactas las inmunoglobulinas del calostro es muy corto, aproximadamente 24 horas.
El calostro va cambiando gradualmente de composición desde las 24 horas hasta las 72, adaptándose a fin de cubrir las necesidades de los recién nacidos hasta que alcanza la composición normal de la leche. La composición del calostro es más baja en proteínas, grasas, etc. que la de la leche normal.
La composición de la leche de perra es más baja en lactosa que la de vaca, por lo que no debe utilizarse ésta para sustituirla por la intolerancia que puede provocar en los cachorros. Así mismo es muy rica en hierro en comparación a las de otros mamíferos, pareciéndose en esto a la de las gatas y a algunos marsupiales. Una de las principales proteínas que se encuentra en la leche de perra es la caseína, con una elevada capacidad de amalgamación con el calcio.
La taurina es un aminoácido totalmente esencial en los cachorros lactantes, es por eso que se encuentra en el calostro, en la leche materna y debe encontrarse en todas las formulaciones de leches maternizadas comerciales. Los lactantes no pueden sintetizarlo, por lo que es indispensable su aportación exógena. Estimula la acción inmune y la producción de la hormona del crecimiento. Fundamentalmente defiende al organismo de bacterias y virus mediante la protección de la membrana celular, que actúa como barrera que evita la introducción de los mismos en el interior de la célula.
La leche de perra tiene 3,5% de lactosa, la de vaca 4,7% y la de cabra casi lo mismo: 4,6. Así que es equivalente a la de vaca en lactosa y bastante más que la de la perra.
Además la leche de perra tiene 8,1% de proteínas por 3,3 de la cabra (la vaca igual a la cabra)
También la leche de perra tiene el doble de grasa que la de cabra y vaca, por lo tanto es mucho más energética (9,8 por 4,5).

TABLA DE NUTRIENTES DE VARIOS TIPOS DE LECHE

NUTRIENTE

LECHE DE PERRA

LECHE DE VACA

LECHE EN POLVO MÁS AGUA

LECHE DE CABRA

HUMEDAD

77,2

87,6

80

87

MATERIA SECA

22,8

12,4

20

13

PROTEÍNA

8,1

3,3

5,32

3,3

GRASA

9,8

3,8

6,12

4,5

LACTOSA

3,5

4,7

7,58

4,0

CALCIO

0,28

0,12

0,19

0,13

FÓSFORO

0,22

0,10

0,15

011

Energía metabolizable
Kilocalorías por 100 gramos

126

61

98

65

Lactosa
MG/Kcal.

28

77

77

62

 

Los perros no tienen al nacer capacidad para defenderse del frío, en consecuencia y, aunque su principal defensa es el calor que irradia la madre, conviene tenerlos a una temperatura que no sea inferior a 22º. Aunque a la semana ya son capaces de temblar, hasta por lo menos los quince días deben de tener una fuente de calor ajena que les provea. Durante las cuatro primeras semanas tienen que aumentar diariamente de dos a tres gramos de peso por cada kilo que les corresponda tener de adultos. En estas primeras semanas de vida el cachorro debe alimentarse a voluntad, al menos cinco o seis veces al día. Una ingestión insuficiente de alimentos podría aumentar los riesgos de enfermedades, sobre todo enfriamientos y las derivadas de ellos. Los ojos se abren aproximadamente a los 15 días, poco antes o poco después. Los oídos ligeramente más tarde. Los dientes de leche aparecen entre los 21 y los 35 días del nacimiento.
La alimentación semisólida debe comenzar aproximadamente al mes de edad y, pocos días después, la sólida. Esta primera alimentación semisólida se preparará a base de alimentos apropiados comerciales mezclados con leche maternizada de perra o agua templada. Si se emplea leche, lo ideal es recurrir a leches maternizadas comerciales, que nos librarán de los problemas de intolerancia a la lactosa que se producirían con leche de vaca. Estas leches comerciales suelen tener como base leche de vaca modificada hasta ser similar a la de las perras. A los dos o tres días si los perrillos muestran interés por la nueva comida se puede empezar a darles alimento sólido seco. En cuanto se vea que comen normalmente, y a condición de que beban agua con normalidad, se les podrá apartar de la madre. Hasta que no beban agua con fruición la madre tiene que seguir proveyendo de líquido, sobre todo si la alimentación es seca. Hay que huir siempre de las fórmulas caseras, a no ser que no haya otro remedio.

PUNTOS

Si los cachorros quedaran huérfanos o hubiera que apartarlos de la madre prematuramente convendría tomar las siguientes precauciones:

· Ambiente cálido al resguardo de corrientes de aire. Lecho limpio.

· El sustituto de la leche debe tener la fórmula ideal, lo correcto es emplear un preparado comercial.

· Proporcionarle las cantidades adecuadas basándonos en las indicaciones del preparado, el peso del cachorro y la edad.

· Dividir la alimentación en cinco o seis comidas diarias, nunca más de seis-siete horas sin comer.

· Alimentación con biberón, o sonda en el primer momento.

· Limpiar al animal con un trapo o esponja húmeda y templada, incidiendo sobre todo en el vientre para sustituir a la labor del lamido de la madre, provocando la defecación y estimulando el apetito.

· Empezar con el alimento semisólido más pronto de lo habitual, a las tres o cuatro semanas de edad.

· Cambiar a alimento seco en cuanto pueda masticar sólido, a condición de que quiera beber abundante agua.


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