SKULD MO CUSHLA

Introducion a la nutricion

INTRODUCCIÓN

La digestión es el proceso por el cual los alimentos se convierten en substancias que pueden pasar a través de la membrana mucosa del intestino hasta la sangre para uso de la célula. Esto requiere varios procesos mecánicos tales como: masticar, aunque el perro, a pesar de tener una dentadura completísima, no mastica: trocea, tragar y movimientos intestinales peristálticos. Todos los jugos digestivos excepto la bilis contienen especiales enzimas digestivas responsables de los cambios químicos del alimento.

La genética marca los topes máximos que pueden alcanzar los perros en altura, corpulencia, salud, etc., pero los animales no pueden conseguir estas mejores expectativas de desarrollo y de salud si los factores ambientales no les son totalmente propicios. Y de esos factores, el más importante junto con la vigilancia sanitaria y la atención veterinaria, es la alimentación. Cada tendón, cada célula, cada parte del perro proviene de lo que come y la calidad de su vida no será mejor que la calidad de sus alimentos. La raíz de la excelencia es el consumo de nutrimentos adecuados y debidamente conjuntados en calidad y en cantidad.

Nutrir es muy diferente que comer. Comer es simplemente saciar el apetito. La nutrición, según el diccionario es: “El conjunto de fenómenos de intercambio entre el organismo y el medio ambiente que permiten al ser vivo asimilar sustancias que le son extrañas y que pueden, también, generar energía”. El conocimiento de los principios de la nutrición básica y de las necesidades nutricionales específicas de los perros sanos y en cada edad, forma parte integral de las prácticas correctas de alimentación.

 

Una comprensión elemental de los cimientos de la nutrición es una exigencia previa forzosa para poder diseñar la alimentación de los animales y tomar las decisiones adecuadas a cada momento nutricional. No son las mismas las necesidades de un cachorro que las de un perro viejo… entre otras cosas el daño que pueden hacer a un cachorro la falta de elementos necesarios puede ser un daño irreversible… y en un plazo de tiempo muy corto, cosa que no pasa cuando su desarrollo se ha terminado, en un perro grande la cosa es menos comprometida, lo que no se come hoy se puede comer mañana o pasado sin tanta perentoriedad.

 

El equilibrio entre los alimentos energéticos y los proteicos es esencial. Toda insuficiencia de energía puede llevar al cuerpo a gastar sus proteínas en lugar de reservarlas para su función plástica y reparadora de tejidos.

 

La expresión nutrición no se refiere solamente al estudio de los alimentos, sus nutrientes y los diversos componentes que contengan, se refiere también a las acciones concretas que cada nutriente ejecuta en el cuerpo del perro, sus interacciones y su equilibrio. Es decir, también el examen del modo en que cada animal ingiere, digiere, absorbe y utiliza los nutrientes en cada período de su vida.

Pero, ¿qué son los nutrientes? Son elementos simples que deben formar parte de la ración alimenticia del perro en proporciones ideales para mantener la salud. El perro debe consumirlos diariamente. Sabemos que existen unos cincuenta nutrientes esenciales para el perro. La calidad de la alimentación depende de la buena combinación y proporciones de esos nutrientes.

Existen diversas maneras correctas de alimentar a nuestros perros. Despreciando la manera tradicional de alimentarlos de sobras, lo que culturalmente convirtió a nuestro animal de compañía por antonomasia en un basurero… hay otras maneras de hacerlo.

 

Aparte de la también tradicional de hacerlo con alimentos cocinados a similitud con la nuestra, están la relativamente nueva de imitar a los orígenes y mantenerlo con comida cruda y también está la alimentación comercial, sea ésta seca, húmeda o semihúmeda, aparte de las diversas combinaciones entre ellas.

El competitivo mercado actual pone a nuestra disposición un amplio abanico de alimentos comerciales. Estos productos se pueden adquirir en supermercados, “pet shop” y clínicas veterinarias. Presentan una gran variedad en cuanto a la fórmula de sus componentes nutritivos, digestibilidad y sabor, así como su forma, textura y aroma. Esta gran cantidad de productos, junto con la publicidad comercial y las falacias sobre nutrición, crean una gran confusión entre profesionales y aficionados sobre la nutrición ideal de sus animales de compañía. Unos conocimientos básicos de los fundamentos de la nutrición son requisitos indispensables para poder evaluar las necesidades de nuestras mascotas.

Hay dos factores a considerar con respecto a la asimilación de los alimentos y que no varían nunca: los procesos del cuerpo y la calidad de los alimentos. Nos explicamos: detrás de los procesos del cuerpo está nuestra herencia genética; es decir, las funciones de nuestro cuerpo están en relación con la información genética programada en cada célula. La herencia genética, según el antropólogo Richard Leakey, se remonta a cientos de miles de años. Los procesos metabólicos fundamentales, que convierten los alimentos en sustancias y energías para todos los seres vivos, no han variado ni un ápice en todo este tiempo.

El perro ha compartido con el ser humano la misma evolución de las técnicas de alimentación. Desde que hace 12 ó 14.000 años el hombre empezó a domesticar y a modificar a las plantas, inventando la agricultura, y a los animales, domesticándolos y modificándolos también hasta conseguir con ambos las variedades actuales, el perro, que ya coexistía con nosotros, fue partícipe de nuestros cambios dietéticos ya que se alimentaba exclusivamente de nuestros restos de comida. Esto durante los 12 ó 14.000 años que como mínimo llevamos juntos. Paralelamente a las mejoras que conseguíamos con plantas y animales también fue cambiando nuestra manera de cocinar, la higiene alimentaria, los conocimientos sobre nutrición… y sin embargo nuestros sistemas digestivos no han sufrido modificaciones importantes: nuestros lejanos antepasados de hace 150.000 años tendrían exactamente el mismo sistema digestivo que nosotros, sus civilizados descendientes. Lo mismo podemos decir de nuestros perros. Su sistema digestivo es exactamente igual que cuando, con la domesticación, empezaron a sufrir la misma evolución alimenticia que nosotros. Lo que es indudable es que fue un cambio a mejor, que supuso un aumento de la longevidad, de la talla... Entonces, ¿qué ha cambiado? Han cambiado en calidad y diversidad las variedades vegetales y animales que son nuestro soporte alimenticio y también la manera de manipularlos, tanto mecánica como químicamente. La técnica moderna nos permite hacer que nuestras mascotas participen en nuestros adelantos técnicos.

Esto nos conduce al segundo factor de la asimilación alimentaria: la calidad de la alimentación. En libertad, los cánidos comen, como es obvio, lo que encuentran o pueden cazar, y más el perro, que es un carnívoro oportunista; en libertad no comería sólo lo que consideramos parte noble de la carne: para su adecuada alimentación necesitaría complementar con las vísceras de sus víctimas, con todo lo que esto conlleva de problemas de infecciones parasitarias, así como también determinadas bayas y frutos como complemento o en etapas de carencia de caza. Es una alimentación de supervivencia… no simplemente de apetencia, ¿han visto ustedes alguna vez a un perro que roa el hueso antes de comerse la rica carne? Ningún perro en este estúpido mundo come primero el hueso y después la carne, sobre todo si está hambriento... primero come la carne... y después se dedica al hueso... y si le pones a elegir entre carne y el hueso, ¡come la carne y deja el hueso!

En su larga historia compartida con el ser humano, de subordinación, servicio y compañía, el perro siempre ha sido, nutricionalmente considerado, no un carroñero, sino un basurero que comía los desperdicios que encontraba o, si tenía mucha suerte, de lo que le sobraba a su dueño. Es decir, o desperdicios, o caprichos. Pocos eran los que tenían la fortuna de recibir una comida específica, quizá por falta de medios o de conocimientos de sus dueños. Actualmente eso ha terminado, por suerte. Hoy en día nuestros perros se sustentan de alimentos comerciales creados especialmente para ellos, y que cubren las necesidades peculiares de cada edad, tamaño e incluso actividad. Esto nos lleva a considerar que la alimentación comercial de calidad es superior a la que el animal tomaría en plena libertad.

Las personas que elijan alimentar a sus perros preparando ellos sus comidas, sean estas comidas cocinadas o crudas, tiene la responsabilidad de aprender la suficiente nutrición básica como para que cubra como mínimo sus necesidades.


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